jueves, 10 de diciembre de 2009

La Navidad con los abuelos


Recientemente tuve la oportunidad de hablar con un anciano, quien con un dejo de melancolía en su mirada, me afirmó:
"-no me gusta la Navidad"
Al preguntarle la razón inmediatamente me dijo, sin parar de hablar:
"¡Caray! Solamente en esta época nuestros hijos y nietos nos vienen a visitar, nos traen los mismos regalos de siempre, rosarios, bufandas y ¡claro que lo agradecemos!, pero nos gustaría mucho más que nos hicieran formar parte de sus vidas TODO el año".
"En la Navidad pasada, decidieron venir a pasar Navidad con nosotros, mas lo cómico en verdad de todo fue que todos estaban en la sala tomando copas, en la cocina preparando la cena, la música a todo volumen, los nietos corriendo de un lado al otro, mientras que mi esposa y yo estábamos en la recámara más alejada de la casa y NADIE notó nuestra ausencia ¿Es que somos invisibles? ¿Cuál es el verdadero propósito de esos "festejos"? ¿El con su "presencia" acallar los sentimientos de culpa que guardan por todo el año?..."
"A la hora del "intercambio de regalos" fue entonces cuando nos llevaron a la sala de nuestra casa, más a fuerzas que con ganas, pues nos sentíamos ya cansados de los gritos y con mucho sueño... ¿Y qué creen que nos regalaron? ¡Acertaste! una bufanda y unos calcetines.
No es de ninguna manera que quiera un regalo de mucho valor material, sino solamente que nos tomen en cuenta, deseamos estar dentro del círculo familiar: nosotros necesitamos tremendamente más que un par de calcetines u otra bufanda que se va al ropero porque nunca hace verdaderamente frío en donde vivimos..."
"Por eso no me gusta la Navidad, pues me repite una y otra vez que somos invisibles aún para nuestros hijos y nietos"

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