sábado, 23 de enero de 2010

El nuevo año



¡Caray! Al inicio de cada año... ¡vaya que han pasado muchos! veo el entusiasmo de todos aquellos a quienes conozco, encuentro en ellos el deseo de hacerse millonarios con Melate o participando en la Lotería Nacional (no lo digas, pero yo también compro esos boletos o billetes o como se llamen); mas "algo" me hace pensar que cada quien tendrá lo que requiere para el logro de sus sueños, tal y como dice mi admirada Elisabeth Kübler Ross: "Dios no te da lo que le pides, sino lo que te hace bien".

De manera amigos que lo que nos queda es continuar en la brega diaria, en espera de que aquéllo que nos será necesario y útil para el logro de nuestra misión en este Universo llegue.

Hace tiempo, platicando con Dios, llegamos a un acuerdo. Le dije: "mira mi más amado compañero de la vida: yo me ocuparé por luchar y llevar al cabo todo lo que siento o percibo que me has dado como misión y tú te encargas de la lana".

Es cierto que muchos momentos han pasado por mi vida en que tremendamente deseo que un par de millones caigan en mi cuenta, pero entiendo que quizá no sea tiempo para que eso sea; jamás me ha faltado lo necesario para cumplir con lo necesario, así es que decidí: Dios, Universo, estoy en espera de sus decisiones, si eso que llamamos "coincidencias" surgen y ese recurso material me es dado, es porque es el momento de dar un paso más; si no se da, entiendo que NO es el momento.

Te invito amigo a que pienses en que si no alcanzas lo que deseas en precisamente porque no es el momento, mas créeme, llegará oportunamente, no dejes de tener fe, el hecho de que no se dé lo que buscas, no es por ausencia de ayuda divina, sino porque no es el preciso momento.