jueves, 25 de marzo de 2010

La primavera y los abuelos


Cada día que me planto frente a mi fiel computadora de nombre Denise (en honor a la bellísima actriz Denise Richards... sueña pepito, sueña) quiero actualizar mi blog, pero mil necesidades que considero "prioritarias" me ganan. Ahora, cínicamente, las dejé a un lado y decidí subir unas cuantas letras para hacerte pensar acerca de lo que siente el anciano a la llegada de cada nueva primavera.
A lo largo de mi desempeño como "cuidador holístico" de ancianos (ese es el término real de lo que hago) he observado a muchos cientos de ellos en las diferentes estaciones del año. Así en Navidad, muchas cosas me inquietan pues les inquietan a ellos, pero al llegar la primavera los veo sí ciertamente con una expresión de agrado, mas por otra parte alcanzo a advertir un dejo de melancolía. El despertar de las flores, el cambio de temperatura ambiental, los niños de nuevo a clases, los días soleados, son, en verdad una maravilla, mas...
En las diferentes etapas que cursa en su vejez el individuo, una serie de temores va desfilando frente a ellos asociado al paso de lo que llamamos tiempo. Al llegar la primavera ¡por supuesto que se sienten contentos! mas curiosamente (tú también lo notas) ahora los años pasan más rápidamente que antes: justo pasan las celebraciones de Navidad, enseguida viene la semana santa, luego mi cumpleaños (agosto 20) y de nuevo Navidad (antes de ella está FIL'Abuelos). Lo mismo sucede con ellos ¡pero claro que sí y aún más rápido!
Lo "malo" de esto es que en tanto observan el pasar de las estaciones y de los años, las ilusiones son menores y más limitadas, al igual que sus capacidades físicas y en muchos casos, mentales.
Para evitar esto, recuerda que la mejor "vacuna" es la fórmula A.C.T.A., la que al mismo tiempo podría servir para curar todos los males de nuestra humanidad: A= AMOR. Me refiero a amar todo lo vivo y lo inanimado, en especial a uno mismo, pues si no nos amamos nosotros mismos de manera prioritaria, no podremos dar nada a nadie; C= COMPASIÓN. Esta virtud consiste en colocarte en el lugar de toda aquella persona que conoces y sentir lo que siente, ver como ve, palpar el mundo como lo hace y de esa forma comprender el porqué de su comportamiento y dolencias; T= TRABAJO. No me refiero al trabajo que produce dinero si al trabajo que representa el hacer día a día algo que divierta, entretenga, represente un reto: que el individuo tenga una razón por la qué vivir un día más, un año más, una conquista más; A = ACTITUD. Nada, reitero: nada ni nadie, ninguna "enfermedad" cursará tan devastadoramente ante una persona con una actitud positiva, de lucha, de vigencia. La actitud positiva ante todas las enseñanzas de cada día nos hará irremediablemente fuertes, sólidos, invencibles.
Por último y pensando en que esta otra virtud es quizá prioritaria o al menos importantísima ante las que te acabo de mencionar, te invito a ejercerla también. Su nombre es GRATITUD. Si a cada día agradecemos lo que nos es dado, el resto del día será amable, no importan los acontencimientos que se presenten. Quizá la fórmula sería: G.A.C.T.A. ¿No es así?, bien, pues dejémosla tal como está, mas, por favor: "vacúnate" con esta fórmula y verás el cambio en tu vida.
Así, pues los viejos de la familia deberán también practicarla todos los días de sus vidas, para caminar por el tiempo que tengan en este Universo de manera digna.